Ponencia derivada de un trabajo de investigación y presentada en el V Congreso Internacional sobre Aprendizaje, Innovación y Competitividad (CINAIC 2019), Madrid, España. Sus autores son profesores universitarios, Fidalgo Blanco, Universidad Politécnica de Madrid; Sein-Echaluce, Universidad de Zaragoza; García-Peñalvo, Universidad de Salamanca.
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| Tomada del post Indicadores para saber si nuestro alumnado es activo |
El objetivo principal del trabajo fue comprobar el impacto de una metodología activa con ciclo en espiral, en dos grupos, experimental y control; con respecto a: la asistencia a clase, voluntaria y no tomada en cuenta para la calificación final; entrega de trabajos propuestos por el profesorado, incluidos en la calificación final y, los resultados académicos del aprendizaje a través de una prueba de evaluación final.
Los autores consideran a las metodologías activas como aquellas centradas en los estudiantes, donde participan y se involucran activamente en el proceso de aprendizaje. Las metodologías centradas en los profesores son las clásicas; ejemplo: clases magistrales.
Con respecto a las metodologías activas, los autores refieren que su uso posibilita la cooperación e interacción entre los estudiantes y sus profesores, la toma de decisiones del profesorado sobre acciones a seguir, creación de conocimiento y demanda de retroalimentación por parte del alumnado.
Así pues, si la primera fase del proceso de aprendizaje habitual se basa en una metodología activa, el propio aprendizaje mejora.
El ciclo en espiral lo explican a partir de las tres fases principales del modelo educativo, vinculadas a un proceso de aprendizaje continuo y activo denominado Real Time-Collective Intelligence applied to a Cooperative Learning with a sOcial base (RT-CICLO).
Las fases son: formación del alumnado, asociado a clases teóricas y prácticas; creación de conocimiento por parte del alumnado en un entorno controlado donde los profesores evalúan y, retroalimentación al alumnado sobre el conocimiento creado, una calificación que coloca el profesor.
Este proceso tiene un principio y un final. Si la última fase sale mal, el alumnado está obligado a repetir la fase de creación de conocimiento (nueva oportunidad de evaluación) o a comenzar directamente por la primera fase (repetición del curso).
Sin embargo, estas fases que se dan en forma lineal al usarse como estrategia de aprendizaje -preparación, creación de conocimiento y retroalimentación-, se torna en un ciclo en espiral, donde no hay evaluaciones sumativas, únicamente diagnósticas y formativas. El ciclo en espiral RT-CICLO lo representan los autores en la imagen siguiente.
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| Ciclo en espiral RT-CICLO |
Entre las conclusiones del estudio están: con respecto a la asistencia a clase, varía considerablemente en función del modelo utilizado, el grupo experimental asistió en forma más regular que el de control; en la entrega de trabajos no hay diferencia significativa y, los resultados académicos del grupo experimental son considerablemente superiores al grupo de control.
Los autores del estudio son prudentes y señalan que los resultados positivos en el uso de la metodología, con el modelo RT-CICLO, pueden estar influenciados por la variable asistencia a clases.
Ángel Fidalgo en un post Indicadores para saber si nuestro alumnado es activo, de acuerdo a la pregunta ¿Qué indicadores medibles nos permiten conocer si el alumnado es activo? y las respuestas de profesores universitarios, menciona los siguientes:
- Aumenta interés, motivación, visión útil, satisfacción
- Mayor implicación (las realiza, entrega y comprueba aprendizaje aunque sean tareas que no puntúan)
- Crea conocimiento y lo comparte
- Mejora el rendimiento
- Aumenta la autonomía del aprendizaje
- Aumenta participación
- Aumenta la asistencia a clase
- Aumenta asistencia a tutorías
Para saber más sobre metodologías activas, haga clic en los siguientes enlaces:
En Europa.
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