Este término me llamó la atención y me preguntaba ¿una
nueva categoría? ¿a qué se refieren con aprendizaje inconcluso? Veamos…
El impacto de la pandemia en el aprendizaje de los estudiantes
les ha generado una brecha o rezago, debido a que no pudieron aprender lo
requerido en los ciclos escolares impactados por el COVID, durante los cuales o
no tuvieron acceso a la educación por internet o ésta no permitió cubrir el
programa escolar.
Algunos autores indican que esta pérdida podría llegar a representar
dos años escolares y medio de rezago, tanto para educación inicial llegando al
nivel universitario. Situación que, de no corregirse, afectaría negativamente el
futuro de los estudiantes y el de toda la sociedad.
Por lo cual, con el término aprendizaje inconcluso ponen más
el foco en las instancias educativas que en los estudiantes.
¿Qué es el aprendizaje inconcluso?
Les comparto un resumen sobre dos publicaciones de Paulette
Delgado:
Aprendizaje
Inconcluso. Los efectos persistentes de la pandemia.
Abordando
las consecuencias a largo plazo del aprendizaje inconcluso.
Paulette Delgado refiere el trabajo realizado por la
consultora McKinsey, donde describen el término “aprendizaje inconcluso”
para referirse a aquellos estudiantes que no tuvieron la oportunidad de
completar el aprendizaje que habrían completado en un año típico.
Evidentemente es un tema que causa preocupación y por el
cual deben ocuparse las instancias educativas. Según la consultora McKinsey,
a raíz de la pandemia alumnos de primaria y secundaria están cinco meses atrasados
en matemáticas y cuatro meses atrás en lectura, en comparación con lo que
esperaríamos que estuvieran según los datos históricos.
Ello significa que aprendieron menos de lo requerido, con
el consiguiente riesgo de ir acumulando contenidos sin dominar, tipo efecto
dominó, y no lograr las competencias necesarias para ir avanzando en sus
estudios y el desempeño laboral.
El perjuicio va más allá de lo académico, incluye la
salud mental -inquietud a nivel global luego de la pandemia- y el desarrollo
socioemocional de los estudiantes. Pareciera que esos resultados académicos y
lo emocional están significativamente relacionados en la población objeto del
estudio, además, puede afectarlos a largo plazo.
¿Qué acciones se pueden tomar para revertir la situación?
En primer lugar, se creó en Estados Unidos el Consejo de
Oficiales Principales de Escuelas Estatales (Council of Chief State School Officer), conformado por líderes educativos, con el fin de
abordar dicha problemática y trabajar sobre las prioridades, las cuales la autora
las resume así:
1.
Reabrir escuelas de forma segura para el aprendizaje en
persona. Se manejan estrategias y protocolos para reabrir las aulas con más
seguridad para los niños.
2. Reincorporar a los
estudiantes. Es necesario una amplia gama de tácticas para comprender las
necesidades y preocupaciones de los padres acerca del entorno de aprendizaje de
sus hijos y, se traduzca en mayor cantidad de estudiantes en las aulas, aunque
no por ello se deje la asistencia en línea.
3.
Apoyar a los estudiantes en la recuperación del
aprendizaje inconcluso y en necesidades más amplias. Diseñar estrategias de apoyo a los estudiantes para recuperarse
del aprendizaje inconcluso, resolver sus problemas de salud mental y reintegración
social; así como de orientación a los padres para que comprendan la situación y
su papel en esta recuperación.
4.
Reimaginar el sistema educativo a largo plazo. Lo anterior
no tendría sentido si los planes y programas educativos, con docentes diversos
y efectivos, no proyecten cambios atractivos e iniciativas innovadoras para la
población estudiantil.
Para la consultora Mckinsey, la mejor opción es
adoptar un enfoque holístico basado en las opiniones y preocupaciones de los
estudiantes y sus padres para poder diseñar programas que satisfagan las
necesidades académicas y no académicas por igual.
Por ello, es fundamental contar con el conocimiento de
todo el escenario y diseñar las estrategias que posibiliten alcanzar los
aprendizajes necesarios –superar el aprendizaje inconcluso- con la colaboración
de toda la comunidad educativa, especialmente padres y maestros; a partir de
políticas públicas oportunas y efectivas.
Muchas escuelas a nivel individual ya están tomando medidas para que la superación de la brecha sea posible.
En mi opinión, las estrategias didácticas deben apoyarse
en proyectos, donde se abarquen una serie de contenidos integrados de diversas
áreas de conocimiento, al mismo tiempo y en equipo de trabajo. Una forma de “recuperar
el tiempo perdido” y aprender más y mejor.
Si desean leer más… Revista Edurama #_32 “¿Aprendizaje Inconcluso? Retos, secuelas de la pandemia y sus
posibles soluciones"
*Imagen tomada de una de las publicaciones de Paulette Delgado
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