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Un itinerario digital para el aprendizaje servicio ubicuo. María Rosa Tapia Sasot


María Rosa Tapia Sasot es Coordinadora de Educación Superior en el Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAYSS) y coordina la capacitación docente en Prácticas Sociales Educativas para la implementación de proyectos de aprendizaje-servicio, en la Universidad de Buenos Aires.

Tapia Sasot, M. R. (2020). Un itinerario digital para el aprendizaje-servicio ubicuo. RIED. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 23(1), pp. 111-128.

Ésta es una reseña del artículo basado en los resultados de la investigación, que analiza el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación (TICs) en el desarrollo de proyectos de aprendizaje y servicio solidario (ApS) en escuelas secundarias públicas de Argentina.

Cómo se usan las TICs en los proyectos
Actores de los proyectos de ApS con TIC (Tapia)



Los proyectos de aprendizaje-servicio son una vía para ofrecer a las comunidades apoyo en la resolución de sus necesidades, mediante la participación de los estudiantes, quienes aplican sus conocimientos en ese sentido y a la vez, siguen aprendiendo en un ejercicio solidario y en clara interacción con un contexto real. 

Los ApS se vinculan con un enfoque pedagógico centrado en el estudiante y del aprendizaje basado en problemas a partir de la experiencia. Comenta la autora que, esta experiencia posibilita ofrecer otras oportunidades de aprendizaje fuera de las aulas, y con el apoyo de las TICs en las diferentes fases del proyecto, conlleva un aprendizaje “en todo lugar y en todo momento”.

Los proyectos seleccionados en la investigación incluyen el uso de las TICs, con la finalidad de: identificar cómo la tecnología se integra en los proyectos; cómo participa en cada una de sus etapas y procesos; y de qué modo interviene en la calidad de los aprendizajes curriculares y del servicio solidario.

Además permitió a la autora hacer una clasificación de las experiencias de acuerdo a las acciones que desarrollaron hacia la comunidad, en dos tipos: campañas escolares a través de medios digitales y producción de recursos digitales.

En todos los casos el uso de las TICs se debió a una necesidad real de buscar y seleccionar diferentes recursos que ayudaran en el proceso. Por ejemplo, acceder a fuentes de información variada; comunicarse con los miembros de la comunidad, los destinatarios potenciales y finales de los proyectos; compartir con personas u organizaciones que están trabajando en temáticas afines; tomar decisiones y difundir los resultados.

Las redes que allí se crean aumentan la interacción social basada en intereses comunes, lo que beneficia tanto la motivación como el aprendizaje y el desarrollo de actitudes solidarias, promoviendo la construcción colaborativa de conocimientos. Esto, naturalmente, genera nuevos roles para los usuarios de la red y una mayor necesidad de integración entre los estudiantes, con sus docentes y con toda la comunidad en general.

Como en todo cambio, hay algunas resistencias. Sin embargo, indica la autora, las TICs están, siguen su evolución, permiten potenciar el aprendizaje y los proyectos de aprendizaje-servicio o cualquier otro y el desarrollo de nuevas propuestas que vayan en beneficio de los estudiantes, en el marco de un escenario global y ubicuo.

Tapia señala: Entre los resultados, encontramos que las TIC se incorporaron para organizar y representar mejor la información disponible, desarrollar herramientas de pensamiento crítico y mejores instrumentos para evaluar las prácticas. En suma, las TIC dan visibilidad al aprendizaje invisible que ocurre en los proyectos solidarios.


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