Reseñas y algo más...

Actualizaciones de la Taxonomía de Bloom. Eduteka



En este portal de la Universidad ICESI de Colombia, encontramos diversos contenidos organizados por Módulos Temáticos; artículos, documentos, recursos digitales, proyectos de clase para las diferentes áreas académicas y herramientas TIC.

Para qué sirve la taxonomía de Bloom


Desde la década de los cincuenta, los docentes hemos manejado la Taxonomía de Bloom como base para expresar objetivos de aprendizaje. Ésta sigue teniendo validez porque representa diferentes niveles del proceso de aprendizaje, a pesar que se la consideró con enfoque conductista. No obstante, se ha actualizado para adecuarla a los avances de las teorías y la tecnología, hasta la más reciente, para la era digital.


La taxonomía nace con la finalidad de definir un sistema de clasificación común de habilidades y conocimientos, dentro de un marco teórico, facilitando de esta manera, la evaluación. Para ello, se establecieron tres dominios: el Cognitivo (procesar información, conocimiento y habilidades mentales), el Afectivo (actitudes y sentimientos) y el Psicomotor (habilidades manipulativas, manuales o físicas). En ese momento, solo se desarrollaron los dos primeros, el tercero lo hicieron posteriormente otros autores.

En los noventa hubo una actualización a cargo de Lorin Anderson y David R. Krathwohl. Los tres elementos considerados fueron: 1. En vez de sustantivos se usarían verbos para denominar las categorías. 2. La secuencia de las categorías que sigue el proceso del pensamiento se modifican. 3. La síntesis se relacionó con crear y queda de esta forma, en el máximo nivel. Otro aporte fue el énfasis en los niveles de conocimiento: Fáctico, Conceptual, Procedimental y Metacognitivo; tres de los cuales ya habían sido enunciados por Bloom.

En este siglo XXI se da preferencia al desarrollo de las habilidades de pensamiento de orden superior en los estudiantes, son las que están en lo alto de las categorías de la taxonomía, las cuales van sustentándose en las de orden inferior; construyendo sobre la base de recordar conocimiento y comprenderlo para llevarlos a usar y aplicar habilidades; a analizar y evaluar procesos, resultados y consecuencias y, a elaborar, crear e innovar.

Una nueva actualización en el 2008 estuvo a cargo de Andrew Churches, donde integró en cada categoría los verbos y actividades del mundo digital. El énfasis no está tanto en el ámbito cognitivo, sino que también incluye métodos y herramientas. Churches señala, Así como en las taxonomías anteriores, es la calidad de la acción o del proceso la que define el nivel cognitivo y no la acción o el proceso, por sí mismos.

                                                    Mapa de la Taxonomía de Bloom para la Era Digital


En esta actualización aparece explícitamente la colaboración, como habilidad esencial del siglo XXI. Es fundamental para consolidar los aprendizajes y está presente en “Los cuatro pilares de la Educación, Aprender: La Educación encierra un tesoro” (UNESCO). Al respecto, indican algunas herramientas de colaboración que deben usarse: wikis, blogs de aula, herramientas colaborativas para documentos, redes sociales, sistemas de administración del aprendizaje, etc.

En similar perspectiva, Kathy Schrock en el año 2013, asoció la Taxonomía de Bloom con el modelo SAMR de Rubén Puentedura, con la idea de facilitar la integración de las TIC en los procesos educativos. La propuesta queda así: en los cuatro enfoques de uso de las TIC en el aula del modelo SAMR relaciona las categorías de la taxonomía: Sustitución (Recordar), Ampliación (Comprender y Aplicar), Modificación (Aplicar, Analizar y Evaluar) y Redefinición (Evaluar y crear)
.

No hay comentarios: