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El Aprendizaje Cooperativo, una metodología activa para la educación del siglo XXI


El Aprendizaje Cooperativo, una metodología activa para la educación del siglo XXI: una revisión bibliográfica.

Autores: María Juárez Pulido, Irina Rasskin Gutman y Santiago Mendo Lázaro. 

Profesores de la Universidad de Extremadura, España


Qué es el aprendizaje cooperativo

En Revista Prisma Social Nº 26. Humanismo digital: fronteras y vías libres entre la tecnología y la conciencia. 3º trimestre, julio 2019 | sección abierta | pp. 200-210

 

La escuela ha venido fomentando la necesaria transformación del proceso de aprendizaje y del estudiante como sujeto activo y constructivo, mediante el uso de metodologías activas, en búsqueda del desarrollo de competencias que den respuesta a los retos que ha impuesto la sociedad actual.

Con las metodologías activas el aprendizaje se logra desde la experiencia concreta y real, el uso de habilidades diversas y la interacción entre los participantes. Ello facilita el desarrollo de las competencias requeridas.

En palabras de los autores, fruto de la revisión bibliográfica:

El Aprendizaje Cooperativo (AC) constituye una metodología activa en la que los/las estudiantes trabajan en grupos reducidos para maximizar su aprendizaje, favoreciendo el desarrollo de su competencia social, la inclusión y la reducción del acoso escolar.

Una característica fundamental en el trabajo en equipo del AC es la corresponsabilidad de los participantes para alcanzar la meta propuesta. Es la interdependencia positiva del grupo, el aprendizaje depende de la participación, responsabilidad y los logros de cada uno.

Ello da cuenta del cambio de rol del docente y del estudiante. Éste aprende en cooperación con sus pares. Por lo cual, el docente debe proveer tareas que fomenten la participación activa, la reflexión, tanto individual como colectiva y, la interacción.


¿Cuáles son los beneficios del aprendizaje cooperativo?

De acuerdo a referentes que consultaron, lo ya dicho al inicio, permite al estudiante la obtención de cualidades muy demandadas en el mercado laboral actual. A saber: liderazgo, solidaridad, capacidad crítica, comunicación, trabajo en equipo, toma de decisiones, entre otras.

Por otro lado, se consideran beneficios de tipo académico, cognitivo, psicológico y socioeducativo, para la buena convivencia y la lucha contra el acoso escolar, debido a la preponderancia de la cooperación, la inclusión y la comunicación, independientemente de la cultura de origen o la necesidad educativa.

Los autores señalan que estudios revelan un rendimiento mayor del aprendiz en los trabajos cooperativos ante el competitivo e individual, por razones obvias. Los estudiantes se motivan más y al compartir con otros los aprendizajes, estos serán más ricos al integrar diversas experiencias y perspectivas.

Otro beneficio es el manejo de las propias emociones. Una capacidad de gestión promovida por el hecho mismo de como se desarrolla el trabajo con el AC; estudiantes que deben negociar, tomar decisiones conjuntas, resolver conflictos, etc.  Todo ello también incide en el aumento de la confianza y la autoestima.


La limitación principal la encuentran los autores, parafraseando a otros, en la dificultad del profesorado en su aplicación, bien sea por el tiempo de preparación, organización y evaluación que requiere, o bien por la insuficiente formación en metodología cooperativa. Por ello, su formación en nuevas metodologías de aprendizaje es vital para asegurar la ansiada transformación educativa.


Finalizan con la idea: Educación, política, tecnología y sociedad deben ir de la mano para configurar un todo capaz de adaptarse a los cambios acontecidos y superar con éxito los retos venideros que nos plantea este siglo XXI. 

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